sábado, 4 de enero de 2014

Cómo empezó la aventura

Porque coleccionar sellos es una auténtica aventura. Yo empecé en los años setenta, cuando tenía 8 o 9 años. Mi padre viajaba mucho por trabajo y me traía siempre sellos de lugares lejanos. Tenía, y aún aguanta, un clasificador que me parecía enorme, en formato A4 (pero por aquel entonces yo no sabía qué era un 'formato'). Se le añadieron con el tiempo unos cuantos, en formato A5. Algunos acabaron hechos trizas por el paso inexorable del tiempo.
Bonita afición.
Una afición que abandoné en los años ochenta. Adolescencia, otros intereses, incompatibilidad con la paz que la contemplación de una obra de arte hecha sello proporciona. Afición olvidada, que ha vuelto a aflorar hace poco. Cursos y recursos de la historia, lo veréis también en otros de mis blogs. Las pasiones de nuestra juventud no se olvidan nunca, se adormecen, y de repente emergen de su letargo.
Claramente los ojos con los que miro a mi colección hoy son muy diferentes. Si pudiera deshacerme de algunas 'ramas', vendiendo unos cuantos de mis sellos, lo haría. Y me he puesto a ordenarla de forma muy distinta.
Todos mis sellos estaban ordenados por Países, lo cual no me satisface ahora. Prefiero ordenarlos por temáticas. Los tiempos han cambiado, ahora no necesitas unos catálogos enormes como antes, cuando era el único medio para enterarte de los sellos publicados. Los catálogos de todo el mundo están a un click de distancia.
También se ha difundido el fenómeno de las estafas, las publicaciones de sellos de oficinas postales inexistentes, hablaremos de ello también en este blog.

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